Fragilidad de los colegios públicos fuera de las aulas

Por: Juan Manuel Pico – CoFounder Education Soul

Publicado originalmente en

https://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/fragilidad-de-los-colegios-publicos-fuera-de-las-aulas-72214

14 de abril de 2020

Se cerraron todos los colegios públicos de país, y el 95 por ciento de sus municipios no podrán utilizar la educación virtual, por cuanto su población no cuenta en sus casas ni con computadores ni con internet. Preocupante “nuevo normal” post-corona virus de la educación pública.

El 23 de marzo pasado, Carolina Botero escribió en su artículo “Los retos de la educación virtual en la era del covid-19” publicado en razónpública.com, que el virus ha puesto en evidencia la enorme desigualdad en el acceso a la tecnología: veinte millones de ciudadanos no tienen internet y el 75 por ciento de los municipios no podrá tener clases virtuales (…) Para que la educación virtual sea un éxito se necesitan los equipos en el centro educativo y en la casa de los estudiantes. Así mismo, es necesario que educadores y estudiantes aprendan las metodologías y habilidades para el aprendizaje fuera del aula.

Señala más adelante en su artículo, que el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana estableció que el 95 por ciento de los municipios del país no podrá utilizar la educación virtual porque ni siquiera la mitad de los estudiantes tienen computador e internet en su casa.

Momentos de crisis como el que nos está tocando vivir en este momento en el mundo, nos ha hecho reflexionar “a las malas” sobre lo que necesitamos y no tenemos, sobre lo que habíamos pensado que era suficiente y no lo era, sobre lo que era prioritario para la agenda pública pero no para sus usuarios finales.

Llevamos años siendo bombardeados por todo tipo de informes, noticias, seminarios, congresos etc, sobre la cuarta revolución industrial, sobre la era digital, sobre el futuro del trabajo en donde millones de empleos simplemente desaparecerán, porque podrán ser reemplazados por chatbots, robots, o sencillamente eliminados por una mejora sustancial en la productividad gracias a la automatización.

Algo que no podemos desconocer es que en países como Colombia, se han hecho enormes esfuerzos por llevar internet a nivel nacional, se han entregado millones de tablets y computadores para que la población de los colegios públicos tenga acceso al mundo digital. Sin embargo, y es conocido por todos, esto ha sido más un esfuerzo de cobertura que un esfuerzo de calidad. Es válida la curva de aprendizaje, pero en estas circunstancias extraordinarias, la velocidad y el enfoque actual ya no son suficientes.

Se cerraron todos los colegios públicos de país, y el 95 por ciento de sus municipios no podrán utilizar la educación virtual, por cuanto su población no cuenta en sus casas ni con computadores ni con internet. Es aquí donde entra a jugar el “nuevo normal” post-corona virus para la educación pública, entre otras medidas, con la que debería empezar a ser “la nueva agenda de educación y tecnología públicas”.

Esto supone un camino nuevo con varias aristas: por una parte está la infraestructura, donde se haga un plan, que no importa que dure varios años, en donde cada niño y cada joven tenga su Tablet personal para uso exclusivo en su casa con acceso a internet básico. Puede sonar a primera vista un poco romántico, incluso ingenuo, pensar en que estas Tablets no serán vendidas en menos de una semana para obtener algo de dinero a cambio. Esto es algo que ya ha pasado, porque este tipo de ejercicios ya se han hecho en el país.

Pero ahí es donde la tecnología debe jugar un papel fundamental porque se debe lograr de alguna forma, y podemos estar seguros que es algo que ya existe en alguna parte del mundo, que asegure que esta Tablet realmente sea “personal e intransferible” y que se cometería un delito de alta gravedad si se llegara a vender, es decir que supone el concepto de cultura donde, yo estudiante, le importo al país y por eso cuido mi Tablet como el tesoro más preciado. Además el IoT (Internet de las Cosas) podrá hacer el seguimiento de ese dispositivo en caso de que se “pierda”.

Ahora bien, acceso de internet para todos los hogares. Esto es algo que sería como el concepto de los computadores verdes gratuitos que empezaron a ser usados en Brasil hace ya algunos años, solo que en este caso sería el “internet verde”. Si ya finalmente logramos la gratuidad en la educación, estos tiempos de crisis nos están ahora empujando hacia la gratuidad del internet en los hogares. Al igual que las Tablets para cada estudiante en su casa, este es un concepto que ya se ha explorado antes. En ambos casos, en este llamado vértice de infraestructura, deberá ser altamente considerado en el “nuevo normal”.

El otro vértice, aún más importante, es el de las metodologías y habilidades para el aprendizaje fuera del aula. Aquí es donde está el reto más grande de esta nueva realidad. Hemos visto por ejemplo en estas primeras semanas de virtualidad obligatoria,  a docentes de colegios privados a los que les ha costado mucho adaptarse a un mundo, que tan solo varias semanas atrás, era un experimento o una práctica lejana a nuestro diario vivir. Y por supuesto a los estudiantes, los cuales han tenido que absorber sobre la marcha una nueva forma de interactuar con sus profesores y sus pares.

Queda nuevamente sobre la mesa lo que describe muy bien Carolina Botero en su artículo: la enorme desigualdad en el acceso a la tecnología. Recientemente el Papa Francisco en una video-entrevista con un periodista español, al preguntársele sobre si las personas eran conscientes que hay eventos que nos tocan la vida y que normalmente los vemos lejos como si a nosotros no nos fueran a llegar, hablaba de una expresión muy sencilla: las personas creemos siempre que el lobo está lejos. Y en realidad nos tocó, no solo vivir con el lobo, ser atacados por el lobo, si no también aprender de repente a convivir con el lobo.

Hay un lobo muy grande ahí afuera, y es la enorme fragilidad de nuestro sistema educativo en los colegios públicos, donde todos estos esfuerzos del pasado por lograr cobertura simplemente no sirven en estos momentos en donde los niños y jóvenes no pueden asistir a sus aulas por que la emergencia sanitaria mundial los ha confinado a una cuarentena obligatoria, que desafortunadamente y tristemente los aleja de su proceso educativo, que de por sí era insuficiente.

Muchos dirán que era muy difícil prever una situación de este calibre. Es cierto. Sin embargo desde hace unos años los conceptos digital, virtual, cierre de brechas y habilidades digitales, están a la orden del día. Ya nos tocó vivir así. Ahora debemos mirar hacia adelante. Es hora de poner en la agenda pública del MEN y del MinTic la estrategia de aulas virtuales desde casa, con infraestructura, metodologías, habilidades y sobre todo, cultura digital. Tenemos que deshacernos del lobo tanto en las áreas urbanas como rurales.